Como ya comenté en mi carta de
presentación, una de mis grandes aficiones es el ciclismo, pero no solo verlo
sino también practicarlo. No he competido más que en tres carreras, y en las
tres he obtenido nefastos resultados. Digamos que soy más bien cicloturista.
Pero no solo utilizo la bicicleta para hacer deporte, también la utilizo como
medio de transporte, lo cual en Madrid es casi un suicidio.
Movimiento Bici Crítica, los últimos jueves de cada mes a las 20 horas desde Cibeles.
¿Por qué? Es muy sencillo, pero a
la vez muy complejo de explicar. En primer lugar, Madrid no es una ciudad
pensada para andar en bicicleta. Su planificación urbanística es lamentable: vayas
donde vayas tienes cuestas, y eso, en cierta medida sería evitable si la
construcción en Madrid no se hubiera orientado de una forma tan salvaje hacia
el sur y el este, pero este es el menor de los problemas.
Uno de los mayores problemas es
la exposición del ciclista a todo tipo de circunstancias donde, pase lo que
pase, va a salir perdiendo. Me explico. En Madrid, poco, pero algo de
carril-bici tenemos. El problema es que parece que tan solo los ciclistas
parecemos conocer el objetivo de la existencia de este tipo de vías. Los
carriles bici que yo más frecuento en Madrid centro son el que va por la Calle
O'Donell y el que va por la Calle Serrano. Bueno, pues estos carriles-bici
están plagados de peatones, cuando se supone que por estas vías solo podemos
circular ciclistas. Por si fuera poco, si adelantas a un peatón en un
carril-bici y tu vas en bici, lo más probable es que, como mínimo te miren mal.
Y cuidado ya con tocar a un peatón en un carril-bici. Andan sin temor por una
zona por la que tienes preferencia, porque saben que si hay un accidente, el
que pringas eres tú.
Pero en la mayoría de calles de
Madrid no hay carril-bici y tenemos que andar por la calzada. Andando por
calzada hay que tener muchísimo cuidado, no solo porque no es el mejor sitio
para caerse, sino también porque hay mucho loco al volante. Hay mucho español
con complejo de Fernando Alonso que te pasa a ochenta en ciudad, a medio metro
de distancia, cuando deberían dejar METRO Y MEDIO. Y si me pongo a contar
anécdotas, no paro: me han tirado una colilla encendida, me han intentado tirar
de la bici en marcha arremetiendo contra mí con una furgoneta, y la gota que
colma el vaso: el año pasado un loco primero casi me atropella por saltarse un "ceda
el paso" y, por mirarle yo medio mal, salió corriendo del coche detrás de
mí bastante encolerizado con la clara intención de pegarme (afortunadamente
para mí había una patrulla de la Policía Nacional a la vuelta de la esquina que
me salvó el pellejo).
Y creo que esa fue la única vez
que me ha ayudado la Policía en cinco años que llevo circulando por Madrid.
Tampoco me han multado, pero han estado a punto de multarme por no llevar
timbre en la bici. Creo que el hecho de no llevar timbre es, probablemente la
actitud menos censurable de las que he descrito hasta ahora. A vosotros,
conductores, no os van a multar por llevar bajos de presión los neumáticos, a
nosotros son capaces de multarnos por no llevar timbre. Además, se me salió la
cadena una vez rodeando la Puerta de Alcalá en hora punta, y el madero de turno
me echó la bronca por quedarme parado en medio de la calzada: si la bici no
anda, no puedo hacer nada, échame una mano y ayúdame a salir a la acera, pero
no me eches la bronca.
Ya he tocado la falta de
concienciación ciudadana, los peligros de la ciudad para un ciclista, la
"amabilidad" en el trato de la Policía hacia los ciclistas... Creo
que me estoy dejando algo... ¡Ah, vale!, ¡ya sé! Se me olvidaba la fantástica
postura del Ayuntamiento de Madrid ante el tema de los ciclistas y sus
problemas. Ahora han decidido poner las bicis eléctricas esas y hacer lo que
denominan "ciclocarriles", carriles por los que, en teoría, los
coches pueden ir a un máximo de treinta, pero ni Dios va a treinta por esos
carriles. Incluso yo, ciclista, si puedo ponerme a más de treinta porque las
circunstancias lo permiten, lo hago con la bici. Bien, esto es pura campaña
electoral para que en las próximas elecciones municipales el PP salga
reelegido, y no ando yo muy convencido de que esto vaya a ser así.
Las bicis eléctricas de BiciMad
son fantásticas, son buenas y baratas, lo malo es que no son bicis. Lo dejan de
ser en el momento en el que tu ya casi no tienes que hacer esfuerzo para pedalear.
Y, para mí, lo peor de todo es que cualquiera puede coger una bicicleta de
estas de BiciMad. Hay muchos que han empezado a montar en bici en ciudad con
este sistema, y no conocen los peligros que tiene moverse por Madrid en bici
(se saltan semáforos sin conocerlos, se meten por acera, y, por supuesto, no
llevan casco).
Yo no pretendo que Madrid llegue
al nivel de Ámsterdam ni mucho menos, pero si exijo un mínimo respeto hacia el
ciclista en las grandes ciudades. No nos pitéis porque seamos un poco lentos
subiendo, respetad el metro y medio al adelantar siempre y cuando os sea
posible y daros cuenta de que a nosotros tampoco nos gusta andar rodeados de
coches. Los ciclistas madrileños viviríamos mucho mejor si en todas las calles
de Madrid hubiera carriles-bici como el que hay en la Calle Alcalá entre la
Puerta de Alcalá y la Puerta del Sol.