Tenía pensado empezar mi blog de una forma bien diferente, pero como aficionado al fútbol creo que hoy es día para condenar a los energúmenos que se han pegado a muerte, literalmente, en las reyertas ocurridas ayer en los alrededores del Estadio Vicente Calderón.
Según cuentan los medios, ultras del Atlético de Madrid, con la ayuda de los del Sporting de Gijón habían quedado vía WhatsApp con los Riazor Blues, desplazados a Madrid para ver el Atlético de Madrid-Deportivo de la Coruña, que contaban con el apoyo de los Bukaneros y los Ultras del Alcorcón para pegarse. Esto ha terminado con la muerte de un Riazor Blue, "Jimmy", que, según cuentan, ha sido empujado al Río Manzanares estando totalmente inconsciente. Ha sido rescatado con una PCR y con una lipotimia dos horas después de ser arrojado al río, y poco después se ha confirmado su muerte. Además, ni se sabe cuantos heridos leves, tres heridos de arma blanca y un policía con una fractura en la muñeca.
Yo lo lamento por la familia de "Jimmy" (mujer, hija de 19 años e hijo de 4 años). y hasta ahí. Vergüenza ajena como español y como aficionado al fútbol. Deberíamos reflexionar mucho sobre lo ocurrido y sobre las consecuencias que debería tener este asqueroso incidente, y no volver a dejar a entrar a los Frente Atlético, a los Riazor Blues, a los Bukaneros, a los Alkor Hooligans y a los ultras del Sporting en un recinto deportivo durante un tiempo largo. Y, desde luego, que los 100 identificados no vuelvan a tener ninguna relación con el mundo del deporte. Que se maten entre ellos si quieren, porque cafres hay en todos lados, pero que se maten lejos del mundo del deporte.
Y, por último, decir que entiendo la decisión de Javier Tebas de no conceder minutos de silencio en los campos de primera o segunda para homenajear a un salvaje, yo tampoco lo habría hecho.
¡NO A LA VIOLENCIA EN LOS CAMPOS DE FÚTBOL!
No hay comentarios:
Publicar un comentario